Maldito frío, si lo odio desde que tengo uso de razón…ahora…lo quiero menos.
Me siento atrapada entre tanta cosa para proporcionarme calor…jajajaja, que trauma!
No dan ganas de salir de la camita…y hay más tiempo para deprimirse, para pensar en las cosas que no se realizaron…en las miles de trampas en las que fui a caer, en los días en que he pecado de floja, en los días en los que he deseado estar con alguien y que no ha podido ser así…
Ah…qué?, la maldita temporada se presta, lo quiera o no, la filosofía de la bisabuela me afecta, eso “del recuento del año”…que logré y que no, en que carajo me trabe…lo único bueno es que no tengo expectativas para el próximo año, lo que venga o no venga se aceptara porque así debe de ser, nunca he sido muy exigente.
Ahora que no he salido mucho de mi camita (siempre he pensado que es el lugar ideal para permanecer, jajajaja), también me he puesto a pensar de donde saque ese espíritu antinavideño, o como es que a veces cuando quiere salir, siempre hay algo que lo frena…y pues la respuesta esta bien sencillota, hasta da pena…jajaja. Tengo una mega familia de seres antinavideños!!! Jajajaja, con decir que este año ni árbol hubo, unos cuantos adornitos (no más pa’ que los pequeños de la familia no se sientan mal….jajaja) y es que dice mi mama que no combina con la sala (uts…eh?), pero lo que pasa en realidad es que le da flojera quitarlo cuando pasa la temporada…
Todos los integrantes de esta familia han contribuido, para que poco a poco muera ese detestable espíritu navideño que ( aunque lo nieguen) todos llevamos dentro, porque una cosa es la euforia de los regalos y otra es ese sentimiento caritativo y amoroso, el que comparte y reparte…el que hace por los demás, si me equivoco, pos perdón…pero no!...
Quieren saber la ventaja de tener una familia así?...simple!: nadie me obliga a decir “feliz navidad”, ni a andar feliz por los rincones de mi casa y si me agüito, perfecto!, ese es el chiste!
Jojojo!
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