Aún no estamos en edad para casarnos, mucho menos para ser padres.
Nada más tengo 23 años, bueno bueno, casi 24. Pero aún así no es edad.
Hace unos cuantos meses tuve un "encuentro" con un ex novio. Las cosas entre él y yo terminaron pésimo así que ni amigos podíamos ser.
Sin embargo al término de casi tres años pudimos hablar sin pelear o gritarnos.
Después vino la fatalidad, en algún punto comenzamos a cruzar la delgada linea que existe entre la pseudo amistad y el romance de los ex novios, así es...una tarde de cine "amiguero" sin compromisos se convirtió en una medianoche intensa (nada tiene que ver con el sexo, desgraciadamente) de "mejor ya quedate conmigo para siempre".
Obviamente no estas con esa persona por algo, mucho menos esperas que la vida de miles de vueltas para que al final regreses al mismo camino pateado del pasado, no, simplemente no es lo que esperas. Pero ya estas ahí.
Por algún motivo extraño la convivencia se vuelvió casi diaria, buscando espacios entre los horarios laborales y los otros muchos compromisos sociales, ahí estabamos. Quizá consumiendo por última vez, a la expectativa del "a ver qué pasa".
Luego de unas cuantas semanas, después de haberte tragado tus palabras de "jamás volveré a tocarte, hablarte etc", después de haber actualizado todo lo actualizable, retomamos la relación desde el punto en el que habíamos prometido tener hijos y esas cosas. Muy rudo el asunto, pero así era.
Digamos que después de tanto tiempo de conocernos hasta las peores cosas, hablar de temas de esa talla no resulta tan impactante sino todo lo contrario, es un tema requerido para saber por donde vamos.
El chico en cuestión decía estar ansioso por tener un hijo con DSM, pero nada de ganas de casarse, y entonces oh! problema porque mi parte moralina o interesada no concibe la idea de parir un hijo sin tener en mi manita un anillo de compromiso y otro de matrimonio, osea no.
Entonces entramos en debate e infinita discusión. Al final el hombre me dijo "Ok, si te quieres casar, pues bueno, va...sería un honor aunque eso implique muchos gastos innecesarios".
Cuando comuniqué a mi mejor amiga la situación primero me reprendió por haber siquiera hablado con ese wey, aunque ella siempre decía que a pesar de todo eramos el uno para el otro. Después le pedí su consejo, a lo que abreviando contesto "Pues ya, vas".
Daniela entro en conflicto interno preguntandose cómo era que su vida había dado un giro tan radical sin desearlo por lo menos.
Porque no, él no era la persona con quien quería compartir mi vida y mucho menos una responsabilidad tan grande como lo es tener un hijo. No me sentía desesperada por casarme y ni al caso que quisiera cocinar y lavar ropa.
Entonces mi amiga me envió un correo muy extenso en el cual me dio su punto de vista sobre el porque debía arriesgarme, en pocas palabras me dijo que a veces creemos que la juventud será eterna, que no deseamos formalizar por miedo a luchar por algo o por alguien, que actualmente esta mal visto que la gente se case joven y mucho peor tener hijos joven. Sin embargo la vida presenta oportunidades que si no las tomas no regresan jamás.
Ufffff cuanto agobio, y mientras tanto nuestros probables hijos ya hasta tenían nombres.
Todo pasó muy rápido y así como llego se fue, la ilusión y las ganas de recuperar lo perdido, todo desapareció.
Al principio creí que la cosa era más en tono de juego, pero comprobé que era real cuando él me comentó que había estado revisando el periódico para ver algunos departamentos, que con su sueldo y con mi sueldo alcanzaba perfecto para todo.
Entonces reaccioné mal y le dije que ibamos muy rápido, él en el momento no reaccionó taaan mal pero pude ver su tremenda desilusión.
Y así llego el momento de alejarnos por nuestro bien, según las cosas quedaron "cordiales", yo creo que de nuevo los dos nos hicimos chingaderas, pero al final así tenían que ser las cosas.
Creo que por oportunidades no paramos, con esta es la tercera vez que alguien me propone formalizar una relación y sé que son propuestas reales porque en las tres ocasiones se ha tratado de personas establecidas mental y económicamente . Sin embargo me falta esa chispa del enamoramiento y las ganas de querer hacerlo, de no tener pensamientos fatales.
Ayer mientras comía con mi amiorío en turno, cometabamos sobre la boda de unos compañeritos del trabajo, en eso una cosa llevo a otra y me preguntó sí yo me casaria por interés.
La respuesta fue que no, Daniela necesariamente debe casarse enamorada y confundida porque si se lo deja al razonamiento probablemente se quede solterona y comoda en la casa de los padres, adolescente hasta la eternidad.
Todos los días recibo noticas de las personas que me rodean "Fulanito se va a casar", "Sutanita esta comprometida", "Aquellos van a vivir juntos", etc, etc, etc.
Me da gusto, hasta me emociona, porque siempre he sido una cursi, pero al mismo tiempo me pregunto si a caso algún día podré ver las cosas de distinto modo o en su defecto me enamore y me confunda a tal grado de comprometerme y compartime con alguien.
Muy complicado, por lo pronto.
Albricias por quienes tienen agallas para casarse y esas cosas.