I
En medio de la noche sentí calor y busqué a tientas mi cuerpo... No pude sentirlo, por el contrario reconocí dos más medio apilados pretendiendo descansar, también palpé un sueter de lana que picoteaba la piel que aún no lograba sentir y que perdí, ¿Cuándo? ¿Ayer? ¿hoy? ¿hace un mes o una semana?, da igual, porque la fiesta ya ha comenzado mucho antes de darme cuenta.
Creo que he encontrado mis piernas! y se dirigen hacia algún lugar. Las plantas de mis pies reconocen muy bien este sitio en la oscuridad. Eh! De pronto he sentido en mi cara agua helada, y en mi garganta algo que se atraganta; lo intuyo, es el viaje a la gloria.
Camino...unos pasos más mientras me guia la musica que ha logrado ponerme en buen estado.
Busco una vez más y ahí estan, aparecen como revelación estos brazos que te añoran y que piden un poco más, pero decido evadir el puntiagudo tacto de tu recuerdo, eso se siente como dolor, creo.
Ahora siento mi espalda recorrida por la impaciencia de alguien más, y por fin mi lengua se artícula como serpiente mientras afirma "que qué más da". Entonces vuelvo a ser el sol, el aire, mientras nadie me reconoce, ni yo misma; Y de pronto reaparece mi conciencia, la muy cobarde, prefiere morir, pero antes desea escucharte.
Aquí esta mi instinto que marca, dos tonos y tu voz que todo lo quiebra mientras se aparece mi escucha y atina al momento en que espetas "ya te dije que no me busques", entonces latiendo sin fuerza se hace sentir mi corazón y reaparecen mis ganas de pelear, sólo que esta vez estoy en el bando equivocado.
Cuento: una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, trece, catorce, quince, y es suficiente para perder la cuenta de una tras otra y volver a comenzar. Comprimido tras comprimido pretendo llegar hasta el cien, siempre quisé ser perseverante.
II
El sonido de un elevador me despierta mientras respiro una vez más la vida. En mi mente resuenan frases de alguien más y vuelvo a ser tratando de hilar.
Nada, no encuentro nada y la nada monitorea mi existir, estoy una vez más sola.
¿Qué hora es?, la penumbra anuncia que es quizá la hora en que todos deben dormir.
Busco y esta vez a la primera encuentro mi cuerpo, pero esta vacio, mi alma quizá te este observando descansar o buscando vida en el cuerpo de alguien más, eso es...otra vez ,dolor.
Siento curiosidad y me arranco de mi lecho ¿A dónde he venido a dar?, aquí huele a muerte y a soledad.
La luz artificial de afuera me golpea, así se deben sentir los bebes al nacer.
Paladeo la esperanza que me da la puerta abierta de las escaleras de emergencia.
Afuera hace demasíado frio y la luna ilumina perfecto el momento en que la he vuelto a ver, va vagando, es mi maldita dignidad.
¿Qué piso es este? ¿cuarto? ¿quinto? ¿décimo?, desde aquí luce más pequeña aún, pero sé que podría alcanzarla.
¿Quién dijo que yo era frágil ? pienso y no puedo parar de reír, ese es mi sentido del humor y estas son las ganas que siempre había tenido de volar.
2 comentarios:
Bueno, me agrado, pero me intriga más saber de donde te inspiraste.
De lo que a veces se siente y de lo que a veces se ve...
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