sábado, octubre 10, 2009

Inflexión

Julio 2004

Con el ego aberrantemente destrozado es más sencillo hacer estupideces, simplemente uno no piensa, lo único que se quiere es patearle de nuevo el trasero al mundo, entonces sin control, se va por la vida hasta llegar al punto justo en donde aplicar la tan mentada pregunta ¿Qué estaba pensando?
El día en que te conocí, me sentía exactamente así, por eso acepte ir a la reunión de un montón de tipos unidos por una misma afición: una estación de radio. Y, es que era preferible (según mi estado de ánimo) eso a tener que lamer mis heridas sola en casa, si el chiste era evadir rico la realidad.
Entonces me vestí lo mejor que pude, porque sí, necesitaba levantarme el ánimo con alguien y sin pensarlo, de un momento a otro ya estaba saliendo del metro tlatelolco.
Y ahí estaban...esperando y esperando, y entre ellos estabas tú.
Honestamente no fuiste lo primero que vi, para nada...al contrarío, si un atisbo de conciencia y verguenza casi me hace regresar por el camino que había llegado, pero, era demasíado tarde pues alguien había gritado mi nombre haciendo notar mi presencia; Fue entonces cuando te vi, para mi gusto guapisimo pero demasiado ñoño y lo peor del caso enamorado, para tu infortunio no deseaba jugar en esas ligas, así que me olvide por completo de ti.


Noviembre 2005
¿Cuántas veces te había visto?, ¿tres?, ¿qué ocasión era esta?...¿La cuarta?...
No lo supe contestar.
Pero parecías estar en un mundo paralelo y yo, estaba sentada en las piernas de alguien más, algo dijiste y mis ojos se fijaron en ti más de dos segundos; de nuevo ese flechazo de pupila, recreación momentanea, pero nada más.


Diciembre 2005
Ese día había llorado mucho, no veía nada claro...es más ¿Seguro que estabas ahí?, no te recuerdo con presición.
Nisiquiera tengo ganas de recordar, me da miedo volver a caer, no vale la pena.
Abril 2006
Pienso que amar es nefasto...ya no quiero nada de eso, por eso visto medio luto y me hago la intesante programando la mirada triste y perdida.
Camino sola por una de las calles más concurridas de coyoacán, es extraño, aquí todo mundo viene acompañado.
El viento me refresca en mi andar mientras mis tacones resuenan haciendo notar mi arrivo al lugar. Mientras me acerco a la mesa te veo de frente y sonrio, no sé por qué, si yo más bien ya soy triste, tu haces una mueca extraña ¿Demasíado asombro?, en toda catastrofe hay sobrevivientes ¿Lo sabías?, ¿Luzco bien?...demonios, si me esmere en verme mal, no quiero que piensen que la muerte me sienta bien...
Pronto te tengo a dos centimetros y me saludas con un beso cálido, pero no me hago ideas, puede ser solo cordialidad, además no veo a tu chica ¿Esta en el baño? ¿Cómo? ¿estamos sólos? vaya, que casualidad.
De pronto no me hallo en este lugar, voy a salir un momento...no no, no tardo, bueno en realidad no lo sé, pero regresaré.
Al estar de nuevo en la calle busco un refugio, pues últimamente me pasa que no me encuentro en ningún lugar, opto por una librería y me pierdo entre estantes por un largo rato.
Pregunto la hora, creo que es momento de regresar y despedirme.
Sentada de nuevo en la mesa, noto que ahora me siento muy bien, otro coctelito vendria bien, total si hasta he comenzado a sonreir.
A estas alturas todo el mundo tiene una charla, un desliz o simplemente cotillea con alguien y tú no eres la excepción.
Yo no tengo pose, pero estoy debatiendo conmigo através de un espejo, me gusta lo que veo y al parecer tu también lo has notado, tanto que tus miradas persistentes me hacen creer que tu quieres algo, y a mi me han dado unas ganas sacrilegas de dartelo, pero eso no será hoy, porque ya me dieron ganas de irme.
Antes de eso planeo bien como será, mientras tú me observas taciturna. ¿Te preocupa?, calma, no pasa nada, al contrario deberías comenzar a preocuparte por ti.
Ya lo tengo y honestamente me da placer saber que todo saldra como quiero...
Acerco mi silla hacia donde esta tu "amiga" y disparo:
-Neeenaaaaa, ya me voy, es tarde y voy sola.
-Ouuuhhh, ¿no quieres que te acompañemos?
-No no, para nada, soy una niña grande. Pero, un favor ¿Podrías anotarme tu e- mail en esta servilleta?, es que no lo tengo.
-Si, claro!
(Entonces te pongo toda la atención del mundo sin decir nada y me doy cuenta de que esperas lo que estoy a punto de decir)
-¿Y por qué no anotas la tuya también?
(exitosamente contestas)
-Bueno esta es para el mensajero y esta para todo lo que me quieras mandar.
Salgo del lugar y me doy cuenta de que todo salió según lo planeado.
Al llegar a casa me reincorporo a la rutina de los dias grises, esperando para hacer el movimiento furtivo que sin duda será esencial para todo lo que siga a continuación.
¿Invitarte a salir? ¿Platicar largas horas? ¿Llamar a tu casa todas las noches?, nada de eso ¿Para qué hacernos tanto del rogar?.
***
Esta noche es la noche, veo el pavimento mojado y entre grietas he encontrado las palabras precisas, sin drama, sin tanto azote ni profundidad, al grano y con bastante claridad.
Enciendo mi computadora y no busco más inspiraciones, el cursor palpita de felicidad y comienzo a escribir un mensaje contundente, sin adornos ni fiestas. Nada de cosas cursis ni romance, al diablo con todo eso.
Solo tu dirección y lo siguente con un tamaño de letra normal y sin colores, pues no estoy desesperada simplemente tengo ganas:
"Puedes tenerme cuando quieras"
Para concluir mi nombre, se que me recuerdas, no es necesario aclarar quien soy y sé también que has esperado este mensaje desde hace ya algunos días.
Tu respuesta, ¿ya?, vaya que eres rápido y ahora sí tenemos un trato. Tú has firmado y sé que piensas que es para siempre, yo pienso que mañana puede acabar, pero súbitamente se me ha ido la tristeza y en su lugar queda una diversión embriagante que promete, pues hemos tomado la curva de la locura.
Ternurita!, que sencillo fue atraparte....

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