Mala suerte,

Sentados frente a una pareja de locos que se hacen promesas mentrirosas, nos asombramos de lo que se dicen...de lo que planean.
Una noche les basta para vivir un pseudo amor arrebatado con promesas que nunca han de cumplirse y que durarán lo que dure la parranda de hoy, unas cuantas horas, unos cuantos tragos más...
Aún viendo la escena hilarante y extraña siento su boca en mi oído, muy despacio y claramente me dice:
-Si todo eso que ellos dicen fuera cierto, si él cumpliera la promesa de regresar y ella logarara hacer que sentara cabeza, la forma en la que sus vidas se unieron sería de lo más extraña. Porque mira, si tu primo no hubiese ido por ti al trabajo y ella no se hubiera cruzado entre nosotros justo en el momento que platicabamos, nunca se la hubieras presentado. Luego si no se hubieran cancelado los planes del viernes ninguno de nosotros estaríamos aquí y entonces, todo sería bastante curioso.
En ese momento recordé a Os y le dije:
-Yo conocí a alguien muy querido cuya frase favorita era "El universo tiene formas extrañas de unir las cosas" y es cierto.
-Sí es muy cierto, por ejemplo la forma en la que tú y yo nos conocimos, me queda claro que eres el mejor regalo que me ha dado la vida, porque justo te apareciste en ella el día de mi cumpleaños, y aunque al principio te pusiste tus moños, ahora estas aquí y me haces muy feliz.

Sus palabras me hicieron estremecer y sentirme inmenzamente feliz, tales sensaciones estaban bloquedas por pura manda, masoquismo o que sé yo, tal vez porque aún te esperaba. Ahora había vuelto a sentir y a creer. Después de darle un beso me aparté y con una actitud un tanto taciturna comencé a pensar en tí y este fue el pensamiento que te regalé: Ojalá que la vida te de la oportunidad de que alguien te diga este tipo de cosas que me dicen a mí, con verdadera honestidad. Que encuentres a una mujer buena que te haga feliz y que te comprenda y te sea leal, pero sobre todo que sepas agradecerlo y aprovecharlo. Ojalá que tengas lo que deseas, no lo que mereces.
Regresé de la abstracción mental cuando me di cuenta que mientras pensaba me había puesto a jugar con un salero y ahora me había echado la sal encima.
No cabe duda, así sea de manera positiva o negativa, pensar en ti me trae mala suerte.